Es un baile en el que participa todo el cuerpo, aunque la mayor parte del movimiento se localiza en las caderas, los músculos abdominales y la pelvis.
La danza del vientre permite conectar con el propio cuerpo y desarrollar las posibilidades expresivas de la persona.
A través del sutil equilibrio entre tensión-relajación se fortalece la musculatura y se moldea la figura sin esfuerzos bruscos, por lo que está indicada para cualquier persona, sean cuales sean su edad y sus condiciones físicas. Tampoco se requiere una estructura corporal determinada.
Aporta una gran movilidad articular en las zonas lumbar, cervical y cintura escapular, evitando la rigidez de las articulaciones. También favorece la flexibilidad y la coordinación, y contribuye a conseguir una postura correcta, y una adecuada colocación de la espalda.
miércoles, 11 de noviembre de 2009
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